Es un espectáculo de narración oral.
Hace más de diez años que he hecho de mi oficio la palabra y cada vez es mayor
la necesidad que tienen los adolescentes de escuchar relatos.
Historias vividas, leídas y encontradas.
Romper con aquello que dice que los cuentos son para los más pequeños.
Historias desnudas, llamativas y divertidas.
Que mantienen el equilibrio perfecto entre educación y entretenimiento.
Los cuentos son transgresores y han despertado a lo largo de los siglos las vivencias y memorias de los pueblos.
Por eso, nos deslumbran.